Desde la ligereza de la hoja de plata, el esmaltado y el barniz, hasta las grietas de la pasta, la arena o los silicatos, o los granos donde la vida continúa respirando a través de la madera. La forma siempre habla a través del sujeto, permaneciendo sellada como un todo emocional significativo; el resto queda para que lo contemples como espectador.
Desde la ligereza de la hoja de plata, el esmaltado y el barniz, hasta las grietas de la pasta, la arena o los silicatos, o los granos donde la vida continúa respirando a través de la madera. La forma siempre habla a través del sujeto, permaneciendo sellada como un todo emocional significativo; el resto queda para que lo contemples como espectador.