En vísperas del Día de la Independencia de Estados Unidos, es imposible no recordar que el arte abstracto estadounidense cuenta con uno de los artistas de mayor talento en este género.
Franz Kline es un artista estadounidense cuyas obras pertenecen al estilo del expresionismo abstracto. Hijo de inmigrantes de Alemania e Inglaterra, creció en un pequeño pueblo minero de Pensilvania. Kline estudió pintura en la Universidad de Boston y en la Escuela de Bellas Artes de Londres. En su primera etapa creativa, se guió por las obras del artista holandés Rembrandt y del impresionista francés Manet. Por eso sus primeras obras son sobre todo paisajes y retratos, que a menudo pintaba por encargo.
El cuadro "Hot Jazz" ("Jazz caliente", 1940), creado para uno de los bares de Nueva York, se convirtió en el punto de partida del maestro. El lienzo en sí, a pesar de las figuras indistintamente trazadas de las personas y los detalles interiores, transmite lo principal: la atmósfera incendiaria del jazz y su libertad. El juego y la elegancia del solista atraen al espectador y lo sumergen en la armonía del ritmo y la energía.
Hot Jazz
A partir de la década de 1940, tras conocer a Willem de Kooning, Kline se decantó gradualmente por la pintura abstracta. El Nueva York de posguerra, que sobrevivió a la agitación urbana, no podía sino excitar la imaginación del maestro. Laberintos de escaleras, enormes estructuras inacabadas, raíles de ferrocarril: todas estas siluetas oscuras e ilimitadas de una gran ciudad traspasan los bordes del lienzo, como si te arrastraran a perspectivas aún ocultas por la niebla.
El estilo de Kline, conocido como action painting, daba total libertad a los impulsos creativos del artista y hacía que el proceso de pintar fuera más importante que la obra en sí. La pintura espontánea de Kline puede parecer instintiva o impulsiva en sus trazos dramáticos y extemporáneos, pero en realidad está meticulosamente elaborada. Tanto los trazos amplios como los rápidos de pintura impregnada y diluida son el resultado de una reflexión considerable e incluyen numerosas referencias rizadas a diversas imágenes, así como a la caligrafía.
El artista fue Capaz de formar imágenes "rompedoras" únicas, inspiradas en edificios en ruinas o inacabados, puentes, andamios, y al mismo tiempo se limitó a sólo tres colores: blanco, negro y gris.
New York, 1953
Untitled
Cardinal, 1950
Kline celebró su primera exposición individual en Nueva York en 1950 y rápidamente alcanzó el reconocimiento como representante destacado de la escuela neoyorquina del expresionismo abstracto. La mayoría de sus obras son monocromas, como sus cuadros más famosos: "Jefe", "Formas blancas", "Mahoning", "Reflejos negros". Junto con los más grandes artistas del género de la pintura abstracta gestual, como Robert Motherwell, Jackson Pollock, Adolph Gottlieb y Willem De Kooning, Franz Kline seguirá siendo para siempre un icono del arte estadounidense. Hoy, sus cuadros alcanzan precios millonarios en las subastas.
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